miércoles, septiembre 22, 2010

cuatro mandamientos

c) Besar
#) Acariciar
2010) Morder
siempre) Verbalizar

Besar
- Prometo besarte y desnudarte con los labios, hasta que los labios no sean dos labios, sino un sólo gesto.

- Prometo tatuar mis besos en tu espalda, tanto como en tu rostro. Como tatuando nuestro amor en espíritu y carne; en dicha y reclamos.

- Prometo recorrer cada centímetro de tu dulce-suave cuerpo, como cada uno de tus impertérritos pensamientos.

- Prometo besar con labios gruesos la confianza, el placer y los sueños.
Hasta que el día sea día, y la noche; un nuevo día.

Te Amo.

Acariciar
- Prometo porque quiero prometer, no agotar ni escatimar en una sola caricia.

- Prometo acariciar cada uno de tus cabellos, prendiendo sinfonías de amor con el fuego de nuestras almas.

- Prometo arrancarte la ropa y todos los prejuicios también, suavemente acariciar tu piel desnuda y los suspiros que resbalen de tus ojos caragados de decisión.

- Prometo acariciar tu vida y abrazar la felicidad, que hoy tiene pelo castaño rubio, y dos ojos como mar revuelto, como mar intenso.

- Prometo acariciar incluso lo que aún no imaginamos que podemos acariciar, tu cuerpo que es mi cuerpo y mi cuerpo que por siempre ha sido tuyo.

- Prometo porque quiero prometer, acariciar el futuro con uñas cortas, y con piel suave los inconvenientes que la vida prepare; suavizando entonces, los versos duros del poeta y los pasos "en falso" del alpinista.

Te Amo.

Morder
- Prometo primero que todo, morder tu presencia con dientes seguros y fuertes, para no dejarte ir otra vez, para no dejarte ir nunca más.

- Prometo morder cada espacio de tu cuello gestando nuevas y macro pecas, analogando la pasión y pintándola de burdeo intenso, cambiándote las manchas por "marcas" de nacimiento... de nuestro nacimiento, del de nuestro amor.

- Prometo morder sin dejar de besar ni acariciarte un segundo, pues nuestros votos no son excluyentes, sino inclusores, incluso, de los abrazos ásperos y degastados por las despedidas. Azucarados por los reencuentros.

- Prometo morder el último claro del día, guardarlo en la boca, y entregártelo intacto al amanecer; fermentado por la saliva compartida, maduro por los deseos contemplados.

Te Amo.

Verbalizar
- Prometo decir todo lo que sienta, escribir lo que vea dentro de mi alma y entregártelo como verso vivo.

- Prometo externalizar todo lo que me venga a la cabeza, erotisando la vida y particularizando la semántica.

- Prometo ser semántico y romántico, dejando de lado los eufemismos, para sacarte risas al ser gráfico y descriptivo.

- Prometo contar hasta tres antes de volar, prometo hablar de todo si todo es suspiro, prometo recitar, y -sobre todo- prometo recitarte; leer en tu cuerpo y tus mejillas la palabra más cierta entre los dos: "amor".

Por los siglos de los siglos, Te Amo.
Me inhabilito.

Me inhabilito al momento de re-verte,
de sostenerte y de no tenerte.
De tocarte errante entre las nubes,
de sentirte entre recuerdos, preludios y más recuerdos.

Me inhabilito cuando entre las sábanas le hago el amor a los fantasmas,
a tus risas, a tus piernas riendo en el apartamento.
De tus abrazos, de tus muecas;
aroma de dos cuerpos amados.

Me inhabilito y me inhabilitan:
tu ausencia como sombra,
tus besos como los míos,
que se hacen vida en una muerte azul, pero con mareas rojas.

Me inhabilita el espasmo de un corazón
perplejo, callado;
sin alborotos, ni latidos,
me inhabilita entonces, el frío abrazador de no tenerte amándote como te amo.

Me inhabilita la desnudez de mi ser,
arropado con pañulí grisáceo,
y enjoyado con diamantes como coitos entregados

Hoy amor, fuerza, potencia son tu nombre
realización de nuestros sueños, el apellido que te cubre,
como manto y como sueño,
que son nuestros sueños, anillados en un dedo pequeño.

Las circunstancias también me inhabilitan, no tenerte y precisarte...
Extrañarte y conformarme con tanta desventaja no ayuda,
pues te amo mucho más de lo que puedo conformarme.

Hacerte devoción me inhabilita,
ya eres la palabra indispensable,
de mi alma y mis sentidos el arpegio.

Me inhabilita llevarte a la cama, esta vez, desnudando suavemente a los recuerdos,
acariciando una y mil veces a un grito encerrado en la alcoba,
para finalmente hacerle el amor a tu cadera que se desbibuja con el agua.

Tener que borrarte sin quererlo de mis sábanas,
y hacer el esfuerzo inmortal de no pensarte; eso...
eso también me inhabilita.

Hay tantas cosas que hoy me inhabilitan,
mas el abrigo de tu alma aún me llena,
me apacigua y me serena
hace de los ríos intermitentes; calma.

Y te veo,
y te pienso,
y te sueño,
y te suegno,
y te pido a los deseos concubinos de los niños,
y te ruego,
y te suplico al cielo y sus mil dioses,
y te aclamo,
y te canto,
y te veo,
pero no te veo,
sino en dos recuerdos celestes,
y en una felicidad amortajada...

y te lucho
y te exijo,
y te proclamo en los congresos,
y te proclamo
y te reclamo.

y te reclamo y te amo

domingo, septiembre 05, 2010

Y en cuanto corro la vista hacia lo profundo de la soledad,

también me distancio de la sensibilidad agrietada por tu ausencia.


Y te siento,

como se siente la herida,

como se siente el parto de la concepción.

De la creación generosa de algo,

de un "no sé qué",

de un "lo sé muy bien".

Como se siente, entre otras cosas, el amor y tus extremidades soslayadas en placer.


Estás viva, y te siento,

y me siento, a ratos, en medio de un jolgorio, en medio de un cementerio rojo...

me siento más bien feliz, y miserable.

No reniego de la condición, pero lo siento,

y te siento, y me pregunto si me sientes igual.


Te amo y te dejo ir, no por mis afanes altruistas, sino por que la vida es egoísta.

Da, quita, vuelve a dar y siempre termina por quitar.

Como la luna,

que siempre está llena

y que siempre tiende a menguar.


Te extravío, no te pierdo, y lo siento

y la música me suena a tu voz al despertar,

las palabras no son sino el reflejo de tus pechos desnudos por la madrugada,

colmados cuando cae el primer claro de luz,

siniestrados por el atardecer,

desvanecidos en los aeropuertos,

distanciado por los sueños.


Entiendo y hasta amo el aire mustio de la cobriza desilusión minera,

en el rostro, en muchas partes y grietas del alma, como dos arterias veneosas en el corazón.

Y los recovecos de ser, aguantan incluso la llovizna de ácido, que provoca el adiós.


Un adiós, otro adiós,

y nos comenzamos a llenar y a desvanecer

entre adióses y disculpas:

inexistentes, inevitables, inexorables, inequívocas, aunque indispensables.


Y en cuano miro la ventana, veo tu ventana,

en donde cuelga el bosquejo de tu dulce-salada y marina pelvis,

agotada y perseguida por mis labios, tanto como tu alma por la mía,

que no es mía,

sino nuestra.


Amada, querida.

Luna, estrella,

milagro, mi vida,

devanecimiento y desvanecida

son palabras tan gentiles como fantasiosas,

tan reales como ausentes.

Tan sinónimas como amarte y extrañarte.


Y tan presenntes como el último día,

con su última noche y su último llanto.


No morimos, eso ya había pasado,

sin embargo nos conocimos y revivimos en ideales,

sueños, abrazos como arenas,

besos como cristales.


No morimos, eso ya había pasado,

y es pasado, y fue pisado, como la amargura de no "tenerte",

de soñarte, de llamarte, de esperarte, hasta al fin encontrate.


Como tu miedo de perderme, sin nunca haberme tenido.

Es parte del pasado, tal como nuestros ojos que buscan el rayo de sol,

esperando otra verlo en conjunto, no responden sino al futuro.


Ése, el comprometido y el proyectado,

el jurado y el entregado.

Pero si no morimos, al menos agonizamos.


Organizamos los minutos para volver a desorganizar la agonía,

sufrimos de una enfermedad terminal

que no es otra que el cáncer que genera la distancia,

la extraña y compungida sensación de perder tu presencia

Sin Imginar el Dolor de tu Ausencia...


Y te extravío otra vez en estas palabras,

no te pierdo, lo siento, y lo siento,

pero no es posible dejar en el tendedero a los ojos

para que se sequen con la luz del sol,

Sería entonces, tan difícil como irreal colgarte en el tendedero de mi patio, para que te quedaras.


Y me siento encerrado en la jaula de tus "te amo",

comiendo recuerdos, bebiendo el agua leve que bailó algún día sobre tus pómulos,

corriendo como tratando de escapar de los espacios vacíos,

en la ruedita que está hecha con alambres de "me voy".


Esa jaula que me perturbaba por su estrechés de ilusiones,

hoy se me hace gigante, más grande de lo que quiesiera soportar,

y no la quiero, pero la amo,

y todo me parece "a medio" si no estás...


No me queda entonces, al parecer y a tu parecer,

que seguir rodando,

como ejercitando la paciencia, la calma y mi paz interior.


No me haces mal, pero a veces, me haces muy bien.

Y soy nuevo en esta "lead", en esta lid.

Y soy sensible, y mastico flores,

y soy dependiente, y quiero serlo,

y te amo, pero no quiero dejar de decírtelo la cara,

pues soy también un primerizo.