y es que no hacen falta constituciones,
libretas, biblias, ni apelaciones;
no hace falta sinceridad, confianza y emociones,
que en la línea eterna nos convertirá en la verdadera natura; con acciones y reacciones.
nos convertirán en promesa, futuro;
amor maduro, besos como proesas...
lunes, julio 19, 2010
domingo, julio 11, 2010
yacía a solas en su pieza, entre versos y miradas de amor.
de ilusiones, de esas buenas, de las mejores.
y es que estaba feliz, podridamente feliz. injustamente feliz. maravilladamente feliz. caritativamente feliz. extasiadamente feliz, real y utópicamente feliz.
por fin, comenzaba la lectura de su vida. ¿los libros son temporales?, ¿se manejan en un tiempo y espacio determinado...? ¿tienen principio y fin?... sí, pero también hay libros que se multiplican conforme al amor que con que se leen. para luego describirlos. ¿esa es la gracia no?
algo así como la "convicción".
estaba astiado de leer porquerías, las respetaba en la medida que le resultaban necesarias para alcanzar la plenitud, en lo más sensible del alma, le seguían pareciendo porquerías necesarias y funcionales.
pero no se trataba de un libro... era más. eran textos con colores, formas y aromas. era la perfecta apreciación artística de lo sideral en sus labios, la lectura que sólo los ojos en la cima de la luna pueden captar; viendo y fotografiando a las estrellas bailar, como si quisieran invitarlos. tan tangible como metafísico. tan romántico como sus muecas al despertar. tan eterno e infinito como la ilusión sumada al arduo amor. el amor real, al final del día y cuando cae la noche.
tenía sonidos, textos, guiones, poesías recitadas en escenas mudas... en blanco y negro, no por un egoísmo cromático, sino por la sugerente invitación de manera libre y subjetiva a los colores.
como una película, como la mejor película. de esas que marcan hasta lo más profundo los sueños, los encausan, los comparan, los mejoran...
yann tiersen - a quai (04:22)
pero hasta la comparación más poética resultaba discreta. este guión y esa narrativa eran aún más sugerentes. más inclusora. musicales, paradigmas y sueños.
como una sinfónica sicodélica con payasos, bailarines, bases de tango electrónica, cuadros impresionistas y copas de vino de honor... incluso discreta al compararlos hipopótamos azules recitando versos, acompañados con suaves violines.
era más, cada uno por su parte, todos juntos, a la vez y por separados; un escenario igualmente maravilloso.
el libro, la película, la obra, la banda sonora, los textos, la poesía, el guión y el amor.
yacía a solas en su pieza, entre aromas y orgasmos del alma. como los suspiros: orgasmos del alma.
de esos buenas, de los mejores.
estaba frente a una amalgama perfecta de sensaciones placenteramente amadas, y predictoriamente feliz.
inclusora, amante, compañera, futuras.
tan ciertas como los sueños. tan tangible como las ideas. tan real como la pobreza.
tan real, necesaria y justa como la libertad.
era una consigna que sumaba. sacaba lo mejor.
una mezcla, decenas de géneros de composición, cientos de estilos y subjetividades. era todo, lo infinito de su risa y lo profundo de su bondad.
no era un libro ni una película.
era ella
no era un sueño, era un ideal.
de ilusiones, de esas buenas, de las mejores.
y es que estaba feliz, podridamente feliz. injustamente feliz. maravilladamente feliz. caritativamente feliz. extasiadamente feliz, real y utópicamente feliz.
por fin, comenzaba la lectura de su vida. ¿los libros son temporales?, ¿se manejan en un tiempo y espacio determinado...? ¿tienen principio y fin?... sí, pero también hay libros que se multiplican conforme al amor que con que se leen. para luego describirlos. ¿esa es la gracia no?
algo así como la "convicción".
estaba astiado de leer porquerías, las respetaba en la medida que le resultaban necesarias para alcanzar la plenitud, en lo más sensible del alma, le seguían pareciendo porquerías necesarias y funcionales.
pero no se trataba de un libro... era más. eran textos con colores, formas y aromas. era la perfecta apreciación artística de lo sideral en sus labios, la lectura que sólo los ojos en la cima de la luna pueden captar; viendo y fotografiando a las estrellas bailar, como si quisieran invitarlos. tan tangible como metafísico. tan romántico como sus muecas al despertar. tan eterno e infinito como la ilusión sumada al arduo amor. el amor real, al final del día y cuando cae la noche.
tenía sonidos, textos, guiones, poesías recitadas en escenas mudas... en blanco y negro, no por un egoísmo cromático, sino por la sugerente invitación de manera libre y subjetiva a los colores.
como una película, como la mejor película. de esas que marcan hasta lo más profundo los sueños, los encausan, los comparan, los mejoran...
yann tiersen - a quai (04:22)
pero hasta la comparación más poética resultaba discreta. este guión y esa narrativa eran aún más sugerentes. más inclusora. musicales, paradigmas y sueños.
como una sinfónica sicodélica con payasos, bailarines, bases de tango electrónica, cuadros impresionistas y copas de vino de honor... incluso discreta al compararlos hipopótamos azules recitando versos, acompañados con suaves violines.
era más, cada uno por su parte, todos juntos, a la vez y por separados; un escenario igualmente maravilloso.
el libro, la película, la obra, la banda sonora, los textos, la poesía, el guión y el amor.
yacía a solas en su pieza, entre aromas y orgasmos del alma. como los suspiros: orgasmos del alma.
de esos buenas, de los mejores.
estaba frente a una amalgama perfecta de sensaciones placenteramente amadas, y predictoriamente feliz.
inclusora, amante, compañera, futuras.
tan ciertas como los sueños. tan tangible como las ideas. tan real como la pobreza.
tan real, necesaria y justa como la libertad.
era una consigna que sumaba. sacaba lo mejor.
una mezcla, decenas de géneros de composición, cientos de estilos y subjetividades. era todo, lo infinito de su risa y lo profundo de su bondad.
no era un libro ni una película.
era ella
no era un sueño, era un ideal.
martes, julio 06, 2010
magia
hubo una vez, quizás dos, en que la magia les era otorgada a los niños. cuando la magia era magia; cuando los magos eran magos. magos de verdad: inocentes, afables, cordiales, sinceros, transparentes, alegres, soñadores, utópicos, creyentes, amantes, desafiantes... "artistas post-modernos" pero sobre todo, arte conceptual.
esa magia no era concebida por una varita o un gorro, cueva de conejos.
esa magia consistía en retratar el crudo y no por ello, menos hermoso, atardecer. trazar con tonos pesteles y estilo cubista las lunas, los soles, las nubes, casas humeantes, bosques, castillos y hasta princesas.
hoy hubo magia, y el retrato no habla sino de lo más real y mágico.
príncipes que aunque renieguen de su condición, ante los ojos de un artista siguen siendo la monarquía más extravagante, fiel, justa y serena...
atratapados en castillos adoquinado con sueños, esperaznas, ayuda, compañerismo, comunismo, utopías, amor y más amor.
hasta mañana.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
somos peces; nadando, amando... amados
que jurando con la mano izquierda en el pecho
se entregan sus almas como versos narrados
y es que no hacen falta constituciones,
libretas, biblias, ni apelaciones
somos más que legalidad...
somos convicción, pareja, compañeros; somos la pureza de la realidad
te amo con todo lo que tengo:
ojos como sueños, brazos que persiguen tu seguridad.
te amo con todo eso y con lo que no tengo...
te amo y me amo, si sólo persigo felicidad
el futuro es uno y nuestro,
somos sabios, pueblo y monarcas,
que en relatos y versos muestro
lo lindo de guardar los besos como marcas...
marcas que en cuadros pintaron deudas preciadas;
y que desde hace siglos se encontraban ancladas.
¿había entonces que sólo abrir los ojos para ver la vida soñada?
¿será que por fin tenemos la factura, de la justicia por fin pagada?
hoy las preguntas son respuestas,
y la marchita ironía son versos
que ahora, con amor, vida y esfuerzo
merecen ver los prados, cordilleras y miradas expuestas
hoy tus besos son locales,
que en los míos se amalgaman como risas,
cuando te hablo del aroma y de la brisa,
como si fuesen nubes multifocales
hagamos de los minutos garantes de los sueños
y la lucha se revestirá en miradas;
que con las palabras calladas,
del futuro nos convierten en dueños