viernes, febrero 04, 2011

"Dospapas"

* Arroz
* Ajo
*Aceite de oliva o pepa de uva.
* Hierbas y yerbas varias Pimienta, bailahuén, menta, orégano, óleo, peis, a gusto)
* Ajo picado y muy chiquititos
* Pimienta blanca.
* Mayonesa, a gusto.
* Jugo de limón
*Atún
* Amor, y una que otra pisca de ti.

Preparación del arroz:
El arroz, blanco e indivisible como las nubes, en su perfecto equilibrio entre lo graneado y lo húmedo, se debe amalgamar la sensación de intriga y mixtura, hasta en cada grano ver los ojos de un niño sincero, de un recién nacido recién poseído y desposeído; de un optimista anciano, o de un siempre necesario súperhéroe infantil.
Yo prefiero sazonearlo con ajo, un poco de órégano, pimienta blanca. Democrátivas y creativas desafiantes (y) hierbas; cobijado cálidamente en aceite de oliva, suave y tibio como sus codos en invierno. Como sus pechos, tal vez. Como los míos, también.

Preparación de la salsa:
Encima de la montaña, aún virgen y llamada arroz, se le agrega mayonesa a gusto, en especial con poco huevo y más ácida; como las hechas de papá y de papa, por ejemplo.
Atún en agua, con el agua. Puede incluírse en esta variante marina, un surtido de sabores, emociones y recuerdos; surtido de mariscos también.
Maní salado, jugo de limón.

(Se le puede echar lechuga y palta, emulando el "unpapas", que es el que originalmente lleva palta y lechuga.)

Preparación de la magia:
Esta vez si que tienen que picar el ajo finito, chiquitito o minúsculo -como quieran-, esa es la gracia, ahí radica la magia.
Se fríe y se le añade orégano, pimienta blanca, merquén a gusto, hasta que el ajo cobre un color mano y arcilla, andino y calichero. Esa mano obrera, esa mano que no comía cabiar, esa que le daba duro al arroz y a las papas, al "unpapas", quien sabe.

Todo lo anterior se mezcla bien, hasta conseguir una consistencia inconsistentemente estética -quizás-, pero con conciencia de lo rico y del placer que se consigue al amalgamar sabores, sueños y bonitos deseos. Amor.

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