lunes, abril 25, 2011

Bien parace compañera, que hoy volvimos a ser dos. No uno, ni dos en uno, sólo dos.
Bien parece que la vida se ha hecho valer, y con su consigna se encargado de separar. Porque la vida es quien une, pero también la que separa. Bien parece que hoy los ojos se cierran por desgano, por torpeza.

Pero bien sabemos, que -entre otras cosas- no hemos ido en busca de un sueño para dejarlo ir. No nos ha costado tanto, ni hemos despilfarrado los deseos para dejarlos fluir por el W.C.; tirar la cadena y "hasta mañana chiquititos si dios quiere".

Bien parece que el letargo hoy suena mejor que el esmero, y que la vida ha comenzado a desafinar.
Bien parece compañera, que debemos comer más pasas y recuperar aquello llamado pasión. No por hoy, ni por mañana; no por mí y no por ti, sino, por lo -al menos- llamado futuro.

No fui en tus sueños, me quedé una noche en tus palabras; ni viniste y te fuiste dejándome sólo las ganas de ir a tu encuentro, traerte, para sentarnos y ver como pasa el atardecer entre las córneas y no las sábanas.

No ha pasado poco tiempo, no han pasado pocas cosas, no han cambiado otras más y los logros le ganan a lo gigante.

Es hora de despertar, o fijar bien los límite del soñar.